La libertad de circulación de las personas es uno de los cuatro pilares fundamentales sobre los cuales se fundamenta la Unión Europea. Para que este derecho sea efectivo, los trabajadores y sus familias deben de tener igualitario acceso a la protección social, los subsidios de desempleo, asistencia sanitaria, formación y jubilación así como estar cubiertos por los convenios colectivos locales en todo lo que hace referencia a condiciones de trabajo y salarios.
Un total de 11.3 millones de personas en edad de trabajar viven en un país de la UE diferente al de su nacionalidad y existen 1.3 millones de “trabajadores fronterizos” que cruzan casi a diario cualquiera de las fronteras la UE para ir a trabajar; viven en un país pero trabajan en otro.
Para facilitar el flujo de trabajadores dentro de la UE, la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC) ha publicado la nueva Guía actualizada de la Movilidad laboral europea (la última versión era de 2011), en inglés, francés y alemán, con un capítulo específico donde se aborda la problemática de los llamados «trabajadores transfronterizos».